viernes, 27 de diciembre de 2013

Dos años...

Hoy se cumplen dos años de que Nicté llego a nuestras vidas para llenarnos de amor y alegría.
Aún recuerdo su carita cuando la recogí en metro copilco, unos ojos hermosos pero llenos de una sensación de deseperanza, venía cansada (del largo viaje y de todo lo que le había tocado vivir).
Llego en un momento de mi vida complicado y debo confesar que prentendía que no hubiera mucha cercania entre las dos pero eso fue imposible, esos ojos bellos que poco a poco se llenaron de luz nuevamente me ganaron el corazón por completo, ahora ella es una de mis prioridades, mi mayor deseo es hacerla feliz, llenarla de amor (tal como ella a mi) y en lo posible hacer que olvide los malos ratos que le tocaron vivir.
Gracias a Nicté por estar en mi vida y dejarme ser parte de la suya.


domingo, 3 de noviembre de 2013

Recordando...




Estar sentada en el pasto a su lado, ambos con un cuaderno de dibujo en las manos, algunos pasteles y lapices desperdigados...

De esos recuerdos que a veces duelen.

viernes, 16 de agosto de 2013

Nuevo ciclo...



Preparandonos para iniciar un nuevo ciclo escola.
Chicos conocidos y queridos, nuevas vidas, mucho por compartir, aprender, enseñar y formar.

viernes, 5 de julio de 2013

Cerrando ciclos...

Cerrando ciclos, diciendo hasta luego a mis chicos de tercero...
Hoy agradecí a mis chicos el haberme permitido ser su maestra por dos años, el dejarme crecer profesionalmente y aprender a su lado pero sobre todo agradecí el que me hayan brindado su confianza y me premitieran ser parte de sus vidas.

Fue un duro trabajo académico pero uno aún más arduo para fortalecer y desarrollar habilidades sociales y emocionales que les permitiran enfrentarse a la vida, alimenta mi ego el saberme parte de su crecimiento como personas y me llena de orgullo verlos grandes seres humanos.


Esos ocho "hijos" que hoy partieron son parte importante de mi vida, gracias.


martes, 2 de julio de 2013

Inspirado en mi manada...



Gracias por entenderme, apapacharme, sostenerme y contenerme, por estar siempre ahí, ser de mis principales motivaciones pero sobre todo por permitirme ser parte de su vida.


jueves, 16 de mayo de 2013

Cuando yo me vaya...



Cuando yo me vaya, no quiero que llores, quédate en silencio, sin decir palabras y vive recuerdos, reconforta el alma.
Cuando yo me duerma, respeta mi sueño, por algo me duermo; por algo me he ido.
Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada, y casi en el aire, con paso muy fino, búscame en mi casa, búscame en mis libros, búscame en mis cartas, y entre los papeles que he escrito apurado.
Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco y puedes usar todos mis zapatos. Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama, y cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate y beberte el vino que dejé guardado. Escucha ese tema que a mí me gustaba, usa mi perfume y riega mis plantas.
Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima, corre hacia el espacio, libera tu alma, palpa la poesía, la música, el canto y deja que el viento juegue con tu cara. Besa bien la tierra, toma toda el agua y aprende el idioma vivo de los pájaros.
Si me extrañas mucho, disimula el acto, búscame en los niños, el café, la radio y en el sitio ése donde me ocultaba.
No pronuncies nunca la palabra muerte. A veces es más triste vivir olvidado que morir mil veces y ser recordado.
Cuando yo me duerma, no me lleves flores a una tumba amarga, grita con la fuerza de toda tu entraña que el mundo está vivo y sigue su marcha.
La llama encendida no se va a apagar por el simple hecho de que no esté más.
Los hombres que “viven” no se mueren nunca, se duermen de a ratos, de a ratos pequeños, y el sueño infinito es sólo una excusa.
Cuando yo me vaya, extiende tu mano, y estarás conmigo sellada en contacto, y aunque no me veas, y aunque no me palpes, sabrás que por siempre estaré a tu lado.
Entonces, un día, sonriente y vibrante, sabrás que volví para no marcharme.

jueves, 25 de abril de 2013

Un psicólogo...

Un psicólogo es alguien tan perdido como tú en la vida. Sólo que tiene una linterna y un mapa, además de valentía para acompañarte. Un psicólogo tiene que soportar que la gente hable de Psicología, sin tener la menor idea al respecto. Es de las profesiones más mitificadas del mundo, casi nadie ha leído el “Código de Ética del Psicólogo” pero casi todo el mundo habla de lo que debería ser o no hacer un psicólogo.

Un psicólogo es una persona normal, fuma, bebe, baila, ama, tiene sexo, igual que todos. Como en todas las profesiones, hay apáticos, drogadictos, arrogantes, corruptos, faltos de ética, entre otras actitudes nefastas, pero también hay psicólogos excepcionales, inquietos por naturaleza, con personalidades exquisitas. Tal cual, como ser humano, nada le es ajeno y en lo humano, la perfección no existe.
Sobre el psicólogo pesa el miedo de la sociedad.

Todo el mundo sabe que el psicólogo ve lo que nadie ve, eso da temor. Un psicólogo generalmente dice lo que no deseas escuchar. Esa es una labor titánica y siempre mal retribuida emocionalmente. Dentro de esta sociedad el psicólogo es siempre un último recurso, antes se consulta: el chamán, el sacerdote, el médico, el pastor, el brujo… Cuando en realidad debería ser el primero. Un psicólogo no sabe la verdad de la vida, no tiene fórmulas exactas no es químico, tampoco es adivino, menos telépata. El psicólogo es científico. Aunque no siempre tiene razón, pero siempre busca la verdad y la razón. Es un explorador, un investigador por convicción.

La diferencia entre una persona que estudia Psicología y la que no, radica en su relación con su sombra, un psicólogo juega con su sombra. Un psicólogo es su propio instrumento de trabajo. Un psicólogo nunca lo sabrá todo, pero puedes jurar que nunca dejara de buscar saberlo todo.